raul2010

martes, noviembre 07, 2006

Prison Break: Rendezvous


Rendezvous (S02E10)
Capítulo (347 MB)
Subtítulos (30 KB)

There's one big difference between you and I, Michael. And you've just proved it. You can't kill

Hoy hemos visto un capítulo en el que han pasado muchas cosas importantes. Quizás la más importante sea la que ilustra este post. Puede que me haya pasado de explícito con esa imagen. Espero que nadie se pase por aquí sin haber visto el capítulo, aunque estaba cantado que Sara y Michael se iban a reunir hoy. Lo que yo no esperaba es que fuera un encuentro tan frío, pero sigamos una especie de orden.

La cosa empieza de mala manera con el "rescate" de los Burrows (suena fatal, lo sé). Parece que ya es tradición que los guionistas se saquen un as de la manga al principio de cada capítulo; en este caso tenemos nuevos personajes y recuperamos a papá Burrows, al que perdimos de vista tiempo atrás. Lincoln parece que estrena partenaire, nada menos que partiéndole un labio de un cabezazo. Hay quien prefiere decir estas cosas con flores, pero nuestro chico es mucho más directo. En realidad es una forma muy simpática de justificar los labios operados de la actriz.

Lincoln hace bien de desconfiar hasta de su padre, no sólo porque el tipo no es agua clara, sino porque ha quedado claro que alguien de su organización es un topo del servicio secreto (o The Company, sea lo que sea eso).

El capítulo, cuya trama central es el reencuentro de Sara y Michael, se completa con insertos sobre Sucre y T-Bag. Al sureño le están dando el trato que merece, pero hay que reconocer que tiene calidad de sobras para echar el resto y vacilar a los sacamantecas hasta el fin. El dinero al final queda en manos del gordito estúpido y avaricioso (con esta descripción es imposible saber a cual me refiero, pero vosotros ya habéis visto el capítulo) aunque no creo que lo retenga muchos capítulos.

Sucre anda colgado del teléfono después de que le tocara el coche malo la última vez que estuvo con Scofield, ya es mala pata. Su Maricruz parece que se ha largado hacia México y si él consigue llegar a Bolshoi Booze puede que se encuentren allí.

Y por último, como debe ser: la doctora Sara Tancredi y el preso fugado Michael Scofield. Preparen sus pañuelos porque esta pareja promete darnos motivos para el sollozo. ¿No se podían dar un abrazo y un beso cuando se han visto? Osea, ¿es que ella aún duda si él realmente está colado por ella? Vamos, me parece que los dos deberían tener bastante claros los sentimientos del otro como para andarse con tantos miramientos. Es normal, no obstante, que Sara no pueda evitar culpar a Michael por hacerla perder su vida y a su padre, aunque ambas cosas no fueran como para tirar cohetes.

Gran escena automovilística, con dilema del prisionero incluido. Y sublime el segundo encuentro cara a cara de Mahone y Scofield. Me ha costado decidirme por la frase lapidaria que encabeza este post, porque todo su diálogo ha estado sembrado de ellas. Michael gana la partida de nuevo, pero tras cada encuentro deja atrás algo. Esta vez ha sido algo así como inocencia, se ha dado cuenta que se enfrenta a la determinación de un hombre desesperado. Como vengo diciendo, eso es bueno y malo.

Bonita escena de curación (de redención) en la habitación del motel, momento de sinceridades pero también suficientemente reconfortante como para que Sara reuniera valor para irse. Error, y lo sabe. No tiene donde ir y además está loca por él. Aunque es tarde, Kellerman...

Así que, ¿llegará mañana a Bolshoi Booze? ¿Llegará alguien a Bolshoi Booze?

¿Ni idea de qué es Bolshoi Booze? Veamos...

32 0 09
104 57 09

¿Nada? ¿Y así?

32º 0' 09'' N
104º 57' 09'' W

Podéis verlo desde arriba. Y aún podéis verlo mejor en Google Earth.

Se me tiró el tiempo encima con lo del post sobre las claves de los números de teléfono, ya que quedó todo más o menos resuelto en la trama. Intento compensarlo hoy con esto. Hasta la semana que viene.

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